La recensione di “Ateismo e modernità” su «Scripta Theologica»

Ecco una bella recensione in lingua spagnola, apparsa su «Scripta Theologica», dedicata al mio volume “Ateismo e Modernità. Il dibattito nel pensiero cattolico italo-francese”, Jaca Book, Milano 2019. L’autore è p. Francisco Sánchez Leyva (nella foto con la copertina del volume), docente di Teologia Fondamentale nella Facoltà di Teologia dell’Università Pontificia Salesiana, con sede in Roma.  A questo link trovate una sua bio-bibliografia.

 

Francisco Sánchez Leyva, Recensione a Massimo BORGHESI, Ateismo e Modernità. Il dibattito nel pensiero cattolico italo-francese, Milano: Jaca Book («Collana Filosofia»), 2019, 249 pp., 15,2 x 23,2, ISBN 978-88-16-41509-6. «Scripta Theologica», 53 (2021), pp. 216-220.

El presente estudio del profesor Borghesi sincroniza el fenómeno del ateísmo y el de la modernidad. Una relación inédita en el tiempo que expresa la crisis interna del mundo cristiano como consecuencia de las guerras de religión que tiñeron de sangre la Europa del siglo XVI y parte del XVII. «El moderno no surge como afirmación del regnum hominis contrapuesto al medieval regnum Dei, […] sino como era trágica, de ruptura de la unidad de la respublica christiana europea» (p. 18). En este contexto, se fragua la primera modernidad, aún impregnada de cultura y fe cristiana, con el ideal de lograr una nueva síntesis fincada no en terreno religioso sino laical. La segunda modernidad, en cambio, busca superar la misma crisis cristiana pero a través de una resolución de contrastes donde se presupone, metodológicamente, la negación de la fe y la afirmación de la razón. Es entonces cuando, según el profesor Borghesi, se consolida la relación Estado-Razón. El Estado moderno es el Estado según la razón y desde ella legitima su tarea por la unidad y la paz como en un tiempo lo garantizó la fe cristiana. Paradójicamente, las opciones del hombre moderno por la unidad acentuarán el dualismo «interno/externo», «subjetivo/objetivo», «espiritual/material» desde los cuales se construirá el racionalismo y el iluminismo filosófico moderno. En esencia, el profesor Borghesi subraya que el ateísmo moderno es un fenómeno que nace en el cristianismo. Cierto, se habla de un cristianismo dividido y, por ende, incapaz de alcanzar la unidad deseada. El presente libro, entonces, nos confirma la imperiosa necesidad de desarrollar una nueva apologética teológica, capaz de asumir la unidad generativa del cristianismo desde el reconocimiento de la plura- lidad y, sobre todo, una apologética capaz de ayudar al ser humano de esta hora a integrar el don que Dios hace de su amor en Jesucristo con el resto de las dimensiones de su vida.

El profesor Borghesi nos acerca también a la relación ideal entre pensadores ateos de alto relieve y pensadores destacados del mundo católico contemporáneo. Se trata de la interlocución ideal que Cornelio Fabro sostiene con Hegel y la corriente del idealismo moderno, del diálogo que Henry De Lubac y Étienne Gilson mantienen con el positivismo científico de Auguste Comte, y del diálogo que Jacques Maritain y Augusto Del Noce entablan con Marx y Nietzsche. En estos encuentros ideales los intelectuales católicos buscan comprender la causa causal del ateísmo y sus consecuencias, positivas o negativas, para el cristiano inteligente y responsable de esta hora. En algunos de estos intelectuales resulta decisiva, como clave de lectura del pensamiento moderno, la teología de Tomás de Aquino, la filosofía cartesiana y el existencialismo filosófico de Lev Chestov. En este horizonte dialógico, el presente libro del profesor Borghesi nos permite imaginar una apologética teológica permeable a los signos de los tiempos y de los espacios. Una nueva apologética que, en cuanto ciencia teológica, sirva de mediación entre la experiencia religiosa de la fe cristiana y la matriz histórico-cultural del hombre contemporáneo. Si la nueva apologética teológica quiere tener un futuro deberá recordar que «el fundamentalismo y el ateísmo representan el pasado doloroso de Europa. Esto no puede y no debe regresar bajo ningún tipo de disfraz» (p. 35).

A partir de este encuadre el profesor Borghesi nos conduce a la parte medular de su estudio. Se trata, en concreto, del debate ideal entre los pensadores católicos franceses (De Lubac, Maritain, Gilson) y los italianos (Del Noce y Fabro). Evidentemente, el diálogo que aquí postula el autor tiene como materia determinada los escritos que estos intelectuales han dedicado al ateísmo y a la comprensión de la modernidad. El corpus del libro se estructura en cuatro partes con dos capítulos en cada una de ellas.

La primera parte, Il problema dell’Ateismo, da comienzo con el capítulo dedicado a la opción ateística, L’opzione ateistica. De Lubac, Maritain, Del Noce, en donde el resentimiento, la rebelión y la elección son los registros de base que se conjungan en la reflexión crítica de estos pensadores sobre el ateísmo. Como reacción inicial o como resultado último, el ateísmo es interpretado por estos pensadores como la decisión voluntaria del hombre de asumir la dirección total de su propia finitud. Es la radical decisión de autosuficiencia humana que al final se manifiesta, paradógicamente, como el enemigo principal del mismo hombre. En cambio, en el segundo capítulo, Modernità e ateismo. Il confronto tra Fabro e Del Noce, el autor nos presenta la posición de Cornelio Fabro, quien entiende el ateísmo moderno como la imposibilidad de encontrar o reconocer el problema de Dios y, por ende, su raíz es prevalentemente filosófica. Para Fabro, la crisis del cristianismo como revelación histórica radica en la notable ambigüedad cartesiana del teísmo ontologístico y el principio de inmanencia expresado en el cogito ergo sum. En la lectura de Del Noce, el problema central del pensamiento católico contemporáneo consistirá, más bien, en la separación cartesiana del sujeto y el objeto, de la filosofía y la teología. La verdadera diferencia entre estos dos pensadores, como bien indica el profesor Borghesi, radica en concebir el ateísmo moderno como el rechazo existencial del Dios redentor (Del Noce) más que como el olvido filosófico o metafísico del Ser (Fabro).

En el tercer capítulo, Fabro. La libertà come trascendentale «moderno», de la segunda parte del libro, Libertà e razionalismo. Il dilemma moderno in Fabro e Del Noce, el autor analiza la corriente existencialista y la reflexión sobre la libertad en la última fase especulativa de Cornelio Fabro. En la lectura fabriana, efectivamente, el existencialismo comprende el ser como libertad, es decir, como momento originario del ser espiritual, como acto primero de la persona «que pone en crisis el cuadro del racionalismo moderno unilateralmente determinado por el primado del cogito» (p. 91). El último Fabro llegará a confirmar que el ateísmo es el acto de una decisión humana que libremente rechaza a Dios. En el cuarto capítulo de esta parte, Del Noce. Teodicea e redenzione nel razionalismo moderno, el profesor Borghesi nos acerca también al existencialismo delnociano. Se trata de la profunda correlación entre la experiencia del mal y la apertura religiosa. Para Del Noce, la negación del mal no surge de la negación de Dios sino del pecado y, por ende, de la negación de la redención de Cristo que concluye en el ateísmo.

Con la tercera parte, Realismo e Immanentismo. La secolarizzazione europea in Gilson, entra en escena el ilustre histórico del pensamiento medieval, Étienne Gilson. En el capítulo quinto, Realismo e Idealismo, el profesor Borghesi presenta la controversia entre el realismo de Gilson, para quien el ateísmo es la consecuencia de un idealismo inmanente incapaz de reconocer la esencia del mundo como la contingencia de su existencia, y el idealismo de León Brunschvicg quien califica el realismo de Gilson de ingenuo y de ateístico por su prevalente antropomorfismo. El profesor Borghesi, además, mira con atención la conocida dificultad de Gilson para legitimar el encuentro doctrinal entre Tomás de Aquino y Descartes y/o Kant como, en cambio, es postulado por los pensadores del realismo crítico. La preeminencia del conocimiento sobre el ser o de la epistemología sobre la ontología es, para el pensador francés, una obsesión problemática de la modernidad de la cual habrá que liberarse. En el sugestivo capítulo sexto, Le metamorfosi della città di Dio e l’Europa moderna, el profesor Borghesi expone «el modo en el que Gilson leía el proceso del ateísmo moderno: no como una simple afirmación del principio de inmanencia sino como una progresiva racionalización, como una metamorfósis de la idea de cristianidad» (p. 150), teniendo como mira la actualidad histórica de la constitución de la Europa post-bélica y confrontando la respublica christiana de Dante y Bacon. En continuidad con el modelo dantesco, el profesor Borghesi nos acerca con el capítulo séptimo, Dante moderno. Il confronto tra Gilson e Del Noce, de la cuarta parte, Tomismo e Modernità. Gilson e Del Noce, al debate ideal entre Gilson y Del Noce. Para el pensador francés la teoría de la sociedad universal de Dante abre a la laicización de la civitas Dei. De tal manera que el eximio escritor florentino se presenta en la lectura de Gilson como la crisis del espíritu medieval. Una hermenéutica gilsoniana análoga a la crisis de la filosofía moderna iniciada por Descartes (el ateo enmascarado). «Frente a esta lectura la reacción de Del Noce, como en el caso de la interpretación racionalística de Descartes, es la de restablecer a Dante en el horizonte católico del cual proviene» (p. 188). Diverso al pensamiento gilsoniano, el proyecto intelectual delnociano buscará reconstruir la arista cristiana de la modernidad, esto es, desplegar el puente de unión entre el catolicismo y la modernidad, establecer el nexo entre catolicismo y libertad. Sin embargo, a partir de la segunda mitad de los años 60 la relación Gilson-Del Noce tendrá un nuevo brío. Así lo encontramos en el capítulo octavo, Gilson e Del Noce. Dall’anti-Cartesio all’ateismo difficile, de esta última parte del libro. Para Del Noce, como lo documenta el profesor Borghesi, Gilson se convierte en el modelo de la «tensión entre esencia y existencia, razón y realidad, fe y razón, en la cual consiste, para el autor italiano, la verdadera forma del pensamiento cristiano» (p. 220). Fuera de esta tensión no solo el ateísmo resulta realmente difícil sino también se constituye la tragedia del pensamiento cristiano moderno.

Las relaciones idales que hemos evidenciado en este libro no son, en absoluto, indiferentes para la contemporánea apologética teológica. Sin asomo de duda, la nueva apologética en teología se debe desarrollar a partir de una atenta, inteligente, reflexiva y responsable escucha del «diverso». Al mismo tiempo se debe concebir en el contexto de una «pastoral del pensamiento» teológico, esto es, como el ejercicio permanente de pensar la teología junto a otros y en clave de pluralidad. En este sentido, la nueva apologética teológica solicitada providencialmente por el actual Pontífice puede ayudar a consolidar la «relación entre una fe no fundamentalista y una laicidad “abierta”» (p. 237).

 

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